20131128

C/2012 S1 ISON (Nevski–Novichonok)

Es curioso como la monotonía del día a día se traga eventos maravillosos.

Desde hace dos meses se esperaba la llegada del cometa ISON (Nevski–Novichonok), y zas, no aguantó las fuerzas de marea ni las altas temperaturas.

¿Cuánto debo esperar para ver por mí mismo en tiempo real un cometa?







20131029

Inherencia



Pedacito de mi vida
Celina y Reutilio

Me siento como el pastorcillo mentiroso, cuando el lobo vino de verdad nadie le creyó,  depositaron su confianza en él, le dieron la mano, se tomó el codo y en menos de nada hasta el hombro. "No es justo" pensaría él, pero hay que ponerse en los zapatos del otro.

Bastó tu llamada (y las mías obviamente) para sacarme toda la angustia que creía ya tener en calma. Sucedieron tres horas de sozobra, desespero de estar clavado acá estudiando al puto genio de Landau, con las ganas infinitas de tomar un taxi y volar hasta tu casa para lanzar piedras a tu ventana hasta el amanecer, suplicando en vano una audiencia para exponer mi defensa. Curioso es ser ahora fiscal también.

Recordé las veces que te saqué de quicio, tú ocupada en tus labores y yo ahogándome en un vaso de agua por que no querías responderme. Tú en el mundo real y yo como un infante llorón de dos décadas y media. Restaba calmarme, como en el antiguo sistema español preparé mi defensa en folios binarios, guardando la esperanza que los leyeras, nada más, quería aclarar las cosas. Si esta es la despedida, quiero al menos tratar de quedar en paz contigo.

Salí a dar una vuelta en bicicleta buscando cigarrillos sobre la Boyacá a las dos de la mañana cagado del susto, buscando la nicotina. Los celadores me vieron extrañados, un loco con gabán pedaleando de madrugada. Nada, no estaba la chaza. Pedaleé hacia el terminal de transportes, le encargué la bicicleta al hombre de chaqueta roja, radio y revólver, entré apurado y los encontré al fondo del pasillo. "Sería una tontería perder la bicicleta a esta hora por unos cigarrillos." El hombre fue de palabra, me quedé echando carreta con él, contándole de mi extraño oficio y mi temor por la ciudad a esa hora. Él se reía, a esta hora no pasa nada. Volví a casa, los policías estaban echándome ojo por andar sin casco y chaleco reflector.

Me senté en la plazoleta, encendí un cigarro y escuché el murmullo de la ciudad, por sus venas corren cacharros metálicos rugiendo, pero a lo lejos suena más fuerte el siseo que hacen al cortar el aire, el zumbido del caucho deformándose rodando y rodando.

Detestas el cigarrillo. Detestas el humo en tu casa. Detestas esa figura que fuma y fuma viendo los días pasar sin hacer algo productivo. Razón de peso para dejarlo. Pienso en esos recuerdos llenos de telarañas que te joden la vida, que te hicieron verme alguna vez como un inútil derrotado incapaz de ser un modelo a seguir. Suspiro. El humo es solo una excusa para sentarme y recuperar la calma, para aguantar el frío de Bogotá.

Entonces miro al cielo, entre las nubes veo una estrella de brillo continuo. ¿Júpiter? ¿Saturno?, Saturno estaba cerca de Venus hace un mes, no puede ser él. Un par de noches atrás me había parecido verlo al lado de las Pléyades. Ha de ser Aldebarán, alpha-Tauri, la estrella más brillante del toro. Entonces esa otra a treinta grados debe ser alpha-cannis majoris, Sirio. Las bruma da espacio para ver tres estrellas alineadas. Este pedacito del cielo lo conozco bien, abajo debe estar la nebulosa de Orión. Hace casi tres años te mostré ese trozo de noche extasiado por que desde tu casa se podía ver completamente. Me maravilló el cielo despejado de tu casa. Un bonito recuerdo juntos.

Sin ti me muero. Contigo también, así como el Sol, Aldebarán, Sirio y las demás incontables estrellas morirán algún día. Esa es la condición de estar vivo, la muerte. ¿Y qué de la vida si es finita y no hay un más allá? Dejar huella, ese es el sentido de este viaje. No todo es vivir con los afanes diarios, hay que disfrutar el presente, añorar el futuro, recordar con cariño el pasado y no llorar sobre la leche derramada. Es una lástima no poder ver la vía láctea en esta ciudad. El ser humano tiene la libertad de elegir entre vivir bien o amargarse inútilmente. ¿Qué le importará al cosmos si me desvelo angustiado o no?

Quiero un café. No el café con leche que tomábamos por la mañana en el afán de madrugar y tomar el bus a tiempo para llevar a tu pequeño gran ser humano al colegio. Quiero un tinto negro, sin azúcar. Quiero las noches junto a ti, así sin nada más, yacer junto a ti, sin interrumpir tu sueño, cerca para sentir tu respiración, no tanto para abrumarte con mi calor. Quiero que me dejes quererte un poco más cerca, que en la mañana me cuentes tus sueños, ver tu sonrisa, me bastaría despertar el resto de mis días con un beso tuyo en mi mejilla.

Ya en casa caliento un tinto. Serán dos días sin dormir. Obligaciones inaplazables. Lo que más me dolió fue escucharte decir que no eres alguien importante en mi vida. Sabes que no es así. Sabes que cada mañana siento el vacío de mi lecho, suspiro mientras tomo un baño, la comunicación unidireccional no me deja saber qué es de ti. Contigo crecí. Es una lástima que ahora que me entrego a ti por completo, como tú lo hiciste desde el comienzo, sea rechazado. Te maté las ganas, te rompí el corazón como tú ahora a mí, lo lamento profundamente. Quiero ocupar el resto de mi tiempo para enmendar tan grave error. Eres libre de elegir si te quedas o te vas, pero en mi espíritu siempre estarás. 

Eres parte vital de mí, eres mi latir, mi respirar, ahí estás, en cada fibra de mi ser.

Inherencia.

 
Pueblo Nuevo
Buena Vista Social Club

All of Me - Billie Holiday

https://www.youtube.com/watch?v=4P0hG3sD0-E



Todo de mí.
¿Por qué no te llevas todo de mí?
¿No puedes ver
que no estoy bien sin ti?

Toma mis labios
Quiero perderlos
Toma mis brazos
Nunca los usaré

Tu adiós me dejó
con el llanto en los ojos
¿Cómo puedo sequir querida, sin tí?

Tú tomaste la parte
que alguna vez fue mi corazón
así que por qué no tomas todo de mí?

Todo de mí
¿Por què no tomarlo todo de mí?
¿No puedes ver
que no estoy bien sin tí?

Toma mis labios
Quiero perderlos
Toma mis brazos
Nunca los usaré

Tu adiós me dejó
con el llanto en los ojos
¿Cómo puedo sequir querida, sin tí?

Tú tomaste lo mejor
así que por qué no tomar el resto
Juliana, toma todo de mí.

20130930

Empleos extraños: Auxiliar furtivo de ventas en Supermercados

Llega a usted este boletín del consumidor por este extraño medio, bien sea fotocopiado o electrónico, para salvaguardar sus intereses monetarios en la dura labor de compras de víveres. Hay contratos laborales que nunca son firmados. Basta con un acuerdo verbal, la palabra de caballeros aún guarda su valor infinito para unos pocos. Este empleo es uno de esos casos en los que no puede haber firma alguna. La sociedad podría considerarlo ilegal, casi un asalto a mano armada.

    No he podido descifrar el nombre técnico de esta profesión, en cada cadena de supermercados usan un nombre clave diferente, pero en todas siempre debe haber alguien ejerciendo ese cargo innoble, así como todas y cada una de las empresas constituidas en este país deben tener un contador.

   La primera vez que los noté estaba tomando un café, abriendo el libro y tratando de recordar en qué parte de Dublin caminaba Leopoldo Bloom a eso de las tres de la tarde, después del proto almuerzo con emparedado y cerveza cuando una señora cuchi-barbie, de unos cuarenta y tantos con las nalgas bien paradas y los senos bien escotados, estaba de compras con su carrito repleto de gaseosas, cereales light y paquetes de papas fritas. Seguramente andaba en los preparativos para un aquelarre en su casa esa noche. Encontró los paquetes gigantes de chicharrón light en la parte alta del estante, se empinó para alcanzarlos y justo en ese momento un personaje X que pasaba por su lado dejó caer un paquete de maní en su carrito. La señora siguió hacia la caja, facturó todo sin sorprenderse por el artículo de más.

Es evidente que las cámaras de seguridad de los supermercados  no están allí para garantizarla integridad de los clientes, o que aquellos poco íntegros lleven productos sin pagar. El centro de operaciones está allí para que estos sujetos sean completamente desapercibidos, por que inmediatamente dos cámaras de vigilancia se movieron, casi que podría jurarlo, y me dejaron en su plano óptico, no dejaron de vigilarme hasta que salí del almacén.

Volví el Domingo, allí estaba de nuevo el sujeto X, con una pinta muy similar, quizá la misma. Me hice el pendejo, tomé un carrito metálico y empecé a llenarlo de elementos propios para preparar un ajiaco con pollo. Primero fui por los tallos, las arracachas, las papas y la zanahoria, busqué la crema de leche, pasé por la sal, me devolví por un ajo y unas arvejas, seguí hacia las carnes, compré pierna-pernil, fui por el arroz, la mazorca y los aguacates. En todo el camino estuve atento para ver al sujeto X, extrañamente no me lo crucé. Sabía que él debía aparecer en cualquier momento para ponerle alcaparras a mi ajiaco, pensé por un momento que mi teoría de conspiración eran solo palabras sin articular. Llegué con el rabo entre las patas a casa, desempaqué y oh sorpresa, las alcaparras estaban en la misma bolsa de los tallos y las arracachas, y en efecto estaban facturadas. Un sujeto Y debía operar con X, y es seguro que el equipo operativo estaría regodeándose de sus habilidades.

El miércoles volví al almacén, pedí un café, abrí el Ulises en un capítulo cualquiera (craso error),  y simulé estar leyendo. Aguardé dos horas y cuatro cafés tratando de ver a X y anotando sospechosos para Y. Entonces dos guardias de seguridad me sacaron del negocio alegando que yo estaba interrumpiendo la calma de los demás clientes. Como me acusaron de irrumpir la calma les di gusto haciendo pataleta mientras me sacaban del negocio. De reojo alcancé a ver a X en servicio al cliente riéndose con una mujer que sosopeché era Y.

El domingo siguiente no pude entrara al supermercado, estos mentecatos habían puesto una foto mía en la entrada del almacén, los porteros me esperaban. Así que fui a otra cadena, pedí otro café y me senté a descubrir otro X y otra Y.

Uno a uno los fui descubriendo, uno a uno me fueron vetando. En menos de tres semanas tenía restringido el acceso a las principales megatiendas de la ciudad. Decidí redactar un informe de queja detallado para la cámara de comercio de Bogotá, pero estos tontos me enviaron a un juzgado por calumniar la buena fe de los señores comerciantes. Asistí solo para poner un derecho de petición exigiendo ver las listas de nómina, horas de entrada y salida de los empleados, realicé una que otra entrevista a las malas a altas horas de la noche siguéndolos.

Estos tipos se las ingeniaron bien. Los auxiliares furtivos de ventas legalmente no existen, no están contratados, son fantasmas fiscales. Seguro su sueldo debe salir de las propinas y las "donaciones a nuestra fundación patatín patatán" en cada cadena de almacenes.

Yo me gané dos años de reclusión en un centro psiquiátrico patrocinado por una de esas dichosas fundaciones. Al salir me sentí abatido, completamente derrotado. No podía comprar comida en la ciudad, en todos los almacenes me tenían vetado. Empaqué mis cosas y decidí irme a un pueblito cerca de la ciudad, manejé un bajo perfil. Bastaron tres meses para llenarme de enjundia y decidir luchar contra el sistema.

He redactado esta evidencia hoy justo antes de partir a nuevas ciudades, buscando evidencia contra esos auxiliares furtivos. Cuando logre conectarlos por nómina podré acusar de robo a los supermercados. Viajaré al D.F. Me infiltraré en un Wallmart o un Carrefour, voy a adquirir el nivel de confianza suficiente para convertirme en un vendedor de élite, un mercenario de Colgate, P&G y PepsiCo. 

No quiero que se pierda todo lo que he logrado y le dejo a usted estimado lector anónimo la información suficiente para que empiece a hacer averiguaciones por su cuenta. Le contactaré por este medio.

20130925

Fidelidad: De Dirac a Moraes

...Puedo decir del amor (que tuve):
que no sea inmortal, puesto que es llama 
pero que sea infinito mientras dure.

Soneto de Fidelidad, Vincius de Moraes.

La teoría especial de la relatividad presentada por Albert Einstein en 1905 cambió radicalmente la concepción de algo conocido intuitivamente por todos: el tiempo. Hoy en día sabemos que la simultaneidad depende del observador, que las cosas pueden contraerse, que el tiempo mismo corre distinto, todo para mantener invariante la velocidad de la luz.
    Parece ser que los físicos (desde Newton) nos ensañamos en un determinismo absurdo que asignaba un mismo tiempo para todos los observadores, tanto en marcos de referencia inerciales como no inerciales, incluso cien años después después de Einstein. No me refiero a la física, sino a la vida.

    En particular, este servidor está reconociendo que no tiene la capacidad de entender cómo el tiempo se dilata o se contrae según el ritmo de vida que llevamos, que ese ritmo es único para cada observador, por más que estemos todos en el mismo marco corrotacional, 24 horas/día a más de 23.000 km/s dándole la vuelta al Sol. Y esto no se restringe a cuestiones laborales, académicas, nutricionales y jornadas de higiene personal. Va más allá, se extiende a la vida misma, a quien se es, quien se quiere ser, con quien se quiere estar.
    Me cuesta mucho comprender cómo el amor puede ser no simultaneo. Para un reduccionista es trivial, el amor se le puede acabar (primero) a uno de los dos. En un sentido relativista ambos empezamos al mismo tiempo, como la liebre y la tortuga, corriendo cuesta abajo, tú liebre sin pereza no paraste para descansar, yo tortuga me moví apenas más rápido que un caracol, y cuando sentiste insalvable tal distancia entre los dos abdicaste. Aprendí a correr, y cuando pude ir a toda marcha ya no estabas.

    Por otro lado, el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg puede interpretarse bien como que la medición altera el sistema cuántico que se está observando, o como que el sistema puede estar en uno de infinitos estados posibles pero solo con la medición todas las posibilidades colapsan para que exista solo una. 
    Y así es la vida: en cada momento se tiene un abanico infinito de posibilidades, universos paralelos que tienen este mismo punto de partida, aquí y ahora. ¿Qué es vivir? Tomar decisiones, elegir una ruta que automáticamente elimina las demás, con cada paso que damos las demás opciones mueren para permitir la realización de un futuro. Si no se hacen elecciones el abanico de posibilidades permanece abierto, y puede ser así por siempre, pero no habrá futuro.

     Los versos de Moraes tienen para mí un sentido matemático bien conocido: Delta de Dirac. Esta función no tiene análogo tangible, pero describe perfectamente aquel sentido mortal e infinito. En un intervalo (de tiempo) infinitesimal esta función crece más que cualquier otra conocida, en principio sin punto de convergencia. Así es el amor, desaforado, sin límite, infinito. Y luego, sin más, se precipita con la misma rapidez que creció para quedar en ceros, llana, como si nada extraordinario hubiera pasado nunca.


    Tú, mujer Delta de Dirac, te abandonaste al amor sin dudarlo, dejándolo crecer hacia el infinito. Cuando yo vencí el miedo a colapsar todas las opciones de vida para elegir una, elegirte, pude entregarme de lleno al amor, entonces ya estabas en ceros de nuevo.

La matemática tiene dos cuestiones a mi favor:
1) Cuando integras un delta de Dirac en un intervalo de tiempo, este deja huella.
2) No hay restricción alguna para sumar dos deltas sucesivos.




20130910

Sinceridad

kintsukuroi:
(n.)(v.phr) "to repair with gold"; the art of repairing pottery with gold or silver lacquer and understanding that the piece is more beautiful for having been broken.

Viral message

Tú y yo somos un proceso irreversible. No podemos violar las leyes de la termodinámica ni mucho menos imaginar que nada malo nunca sucedió. No podemos hacernos los de la vista gorda, no podemos dejar que esa semilla de la discordia siga allí, que ya nos separó, siga creciendo en silencio, que nos hace mirarnos a los ojos para ver el reflejo de nuestras almas carcomidas por ese cáncer, nuestros días sin Sol, nuestras vidas sin rumbo.

Quisiera poder.

Quisiera tener la capacidad de sanar tu corazón, quisiera desde lo más profundo de mi, poder reparar todo el daño que te hice, que nos hemos hecho. Quisiera aniquilar toda traza de odio. Quisiera que luego miráramos hacia el ahora, y viéramos todo como un mal chiste, no ignorándolo todo, no con total atención en ello, sino con convicción y firmeza, seguros que en la vida a veces se tropieza, pero lo que importa es seguir adelante.

Quisiera que tomaras mi mano una vez mas llena de confianza, con la devoción que te tengo y que vos me tuviste. Quisiera encontrarme contigo en tus sueños, en mundos imaginarios, en este. Quisiera ver de nuevo el resplandor de tu ser, tu sonrisa, para siempre.

No te salves (Mario Benedetti)

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Táctica y Estrategia (Mario Benedetti)

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos


mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible


mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos


mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos


mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple


mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo
ni sé
con qué pretexto
por fin
me necesites.

20130828

Fe

fe.
(Del lat. fides).
[...]
3. f. Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas.
4. f. Confianza, buen concepto que se tiene de alguien o de algo.
[...]

RAE


Hay cuestiones en las que piensan que uno está loco. Loco por ver lo que los demás no pueden. Loco por tener seguridad absoluta, basado en un razonamiento "lógico" atípico. Es increíble encontrarse con una tropa dispersa pero gigantesca que tiene las mismas creencias, como los astrofísicos regados por todo el globo que creen que un telescopio espacial en órbita ha captado la evolución de un jet de gas caliente lanzado desde un agujero negro que no se puede ver.
     Pensarás que estoy loco, o simplemente que soy un terco equivocado. Y también dirás lo mismo de todos aquellos que dicen ver lo que tú no. No los conozco a todos, quizá nunca lo haga, pero todos creemos en esa fuerza motora que no se puede ver, ese momentum irrefrenable que tratas de contener, ese viento cargado de luz que brota de lo más profundo de tu ser que te permite volar, llegar hasta donde tú quieras. 
    Hay visos de esa energía en tus ojos, por más que trates de apagarla. Deja de luchar contigo misma y simplemente déjate ser, llegarás muy lejos. Yo tengo fe en ti.

20130826

Zozobrar

zozobrar.
(Del lat. sub, debajo, y supra, encima).
1. intr. Dicho de una embarcación: Peligrar por la fuerza y contraste de los vientos.
2. intr. Perderse o irse a pique. U. t. c. prnl.
3. intr. Dicho especialmente de una empresa: Fracasar o frustrarse. U. t. c. prnl.
4. intr. Estar inquieto o desazonado por la inseguridad respecto de algo o por la incertidumbre sobre lo que conviene hacer.
5. tr. Hacer zozobrar.

RAE




No hay nada más absurdo que dos personas que se aman callen eso, se entreguen a la incertidumbre que alimenta los monstruos que viven en el lado más oscuro de todo corazón, esos que para vencerlos basta una sonrisa cara a cara. Tarde o temprano se tornará  en una tragi-comedia de las equivocaciones con resultados que hieren ambos bandos. A la larga son dos personas en una canoa en medio de la nada, que dándose la espalda por orgullo u otra razón no pueden ver como el agua se filtra lentamente, y poco a poco se hunden los dos.

20130821

Lunáticos (parte i)

Él quiere volver a casa. Solamente eso, volver a sentir la brisa fresca soplando al atardecer. Son las cosas que se extrañan cuando se vive en una colonia espacial lunar. Ya van 23 meses conviviendo con el mismo equipo de científicos de planta, a ellos les encanta vivir acá, completamente aislados, a trecientos ochenta y cuatro mil kilómetros de cualquier persona común y corriente.
   Desde abajo dirán que están locos, encerrados con sus parásitos en esa roca fría sin aire, sin ganas de volver. Pero él todavía pertenece a la tierra, no puede llamarse a sí mismo lunático, no está loco, no tiene el sentido de pertenencia en la colonia. Sería loco si se hubiera embarcado en esa ridícula misión para conquistar los océanos bajo el hielo de Europa, ¿ocho años de ida hasta Júpiter? ¿Sin tiquete de vuelta?

 —Su llamada está siendo transferida, espere en la línea por favor.

   No es que él sea claustrofóbico. Estuvo dos años viviendo en el un laboratorio submarino sin salir a la superficie. Era muy diferente la cosa, él tenía apenas 18 años y estaba empezando el primer pos-doc. Venían pasantes de todo el mundo de distintos niveles, niños de 15 años terminando la maestría, dinosaurios académicos de cuarenta y tantos que ni siquiera dictaban clases ya en las universidades, nadie sabía realmente sobre qué estaban investigando. Pero eran felices, venían en parejas, un hombre y una mujer. Conocían las parejas residentes, compartían bastante tiempo.
   Es bien sabido que los subgrupos sociales se conforman según intereses en común. Él nunca tuvo problema en relacionarse con los jóvenes que lo reemplazarían en un futuro, no le molestaba enseñarles todo lo que él había aprendido. No se sentía excluido con los vejetes, a veces notaba que ellos lo miraban con compasión cuando hacía comentarios sobre su prospecto de vida. Ellos conocían un secreto místico que él no podía entender en ese momento por más estudios de comportamiento de grupos que hiciera. Con los que nunca pudo llevársela bien fue precisamente con uno que otro pos-doc de su misma edad.
   Y no era precisamente por conflictos de intereses científicos, tres personajes llegaron durante esos dos años, trabajaban en ictología, parasitología y química. Lo único en común era el interés por el lecho oceánico a 1800 metros de profundidad. Ellos cuatro nunca pudieron tratarse. Eran personas distintas pero en el fondo tan parecidas, se negaban a aceptarlo. Adultos jóvenes solitarios, académicos. Sobrevivientes.

    Era evidente cómo ese modelo de ciencia fallaba. Después del evento la Unesco propuso un modelo de humanidad basada en el conocimiento científico. Las facultades de ciencias exactas crecieron exponencialmente en los siguientes 30 años, el número de gentes de ciencia aumentó drásticamente, así como la tasa de suicidios. La Unesco habló de nuevo. Se estandarizó el aprendizaje de matemáticas rigurosas en la educación básica primaria. Química y física de colegio tenían la misma rigurosidad que años atrás solo tenían las universidades más prestigiosas. Se redujo la edad mínima para ingresar a estudios superiores. Como resultado un boom de niños genio invadiendo las aulas. El primer año después de la graduación de esa primera generación la cifra de suicidios se triplicó. Como el balance general de científicos activos mayores de 25 años aumentó, se mantuvo el modelo.

 —Su llamada está siendo transferida, espere en la línea por favor.

   Siempre se preguntó por qué terminó siendo científico. Por qué no se fue por las artes, por qué siguió la sugerencia del test de personalidad, como si a los ocho años se tuviera la madurez suficiente para decidir a qué se va a dedicar el resto de la vida.
   A veces se preguntaba por qué diablos tenía que ser tan consciente de su existencia. Por qué yo soy yo. Y si en algún momento me hubieran abortado seguramente otro feto habría ocupado ese útero, y a la larga ese otro feto crecería y se haría la misma pregunta. Quizá hubiera sido menos grave dedicarse a labores menos "nobles" para la sociedad. La era espacial se le había subido a todos a la cabeza. Cualquiera que estuviera involucrado con el asunto se sentía dichoso de contribuir a ese nuevo gran salto que iba a dar la humanidad, desde el minero con los pulmones más fregados por extraer titanio, la señora de los tintos en la oficina de asuntos ultraterrestres de las Naciones Unidas, los geeks computacionales del MIT, Caltech y el Calcutta Technical School. Era increíble el compromiso que tenían hasta los señores de cuello blanco en todos los niveles.

 —El director Huyggens está por terminar una reunión, por favor espere en la línea.
    ¿Esperar? ¿Acaso puede hacer algo diferente? ¿Acaso ha hecho algo más durante los últimos tres meses desde que concluyó su trabajo? ¿Por qué la gente seguía siendo tan inepta como antes del evento? ¿Por qué el protocolo sigue siendo vigente cuando casi les cuesta la vida?
     Tal vez no se merecían esa nueva oportunidad. La Tierra debió haber sido arrasada con lo que parecía ser la primera guerra atómica del milenio, el evento. La versión oficial culpó a un hacker servio de infiltrarse en el pentágono y lanzar tres misiles: Moscú, Shangai y Londres. Tres bombas "limpias" que devoraron más de doce millones de personas. En respuesta Rusia atacó Nueva York desde Cuba, Japón a San Francisco. Nunca se supo quién atacó Nueva Delhi. veinte millones más.
    Faltó muy poco para que bombardearan Korea e Irán. Faltó poco para que sembraran gigantescos hongos radioactivos por todo el globo. De algún modo extraordinario miles de cabezas militares se congelaron de pavor al pensar que ese sería el fin de la especie. Después de esas seis explosiones hubo un largo silencio.

 —¡Porter! Me alegra verlo, no puedo creer que hace solo unos meses usted y yo estuviéramos charlando personalmente sobre su viaje a la estación lunar internacional.
 —Igualmente director.
 —¿Que tal sus experimentos con un sexto de la gravedad? En lo personal me resulta muy extraño hacer experimentos donde los científicos sean el objeto de estudio. Muy buena su idea de tener un grupo de control en Tierra, mejor dicho, en el agua.
 —Los resultados son los mismos que los obtenidos con el grupo de prueba, señor.
 —Magnifico, esto sin duda representará una o dos publicaciones en Nature. Imagínese usted: "Correlación entre niveles de cortisona y niveles de estrés en grupos científicos multidisciplinares en micro-ambientes con distintos valores de gravedad"
 —Quizá.
 —¿Y ahora qué viene Porter? ¿Va a solicitar al comité un asiento en gravedad cero? En lo personal sería el paso más evidente en su proyecto.
 —Espero volver lo más pronto posible para completar el informe con algunos manuscritos.
 —¿Manuscritos? Usted es tan peculiar Porter. ¿Por qué seguir con ese método tan arcaico? Eso es lo de menos, podemos asignarle un asistente que se encargue de ir a buscarlos a su oficina, los digitalice y el asunto se da por terminado.
 —Señor, con todo respeto, considero pertinente mi regreso a la Tierra.
 —Veo.

 Nada más incómodo que un silencio más largo que los habituales tres segundos que tarda la señal en ir de la Tierra a la Luna, casi un orden de magnitud por encima.

 —Entenderá usted que el comité tiene un presupuesto reducido...
    "Bla bla bla bla, basura, bla bla bla" es todo lo que él entendió. Son unos mentecatos hijoputas. Y se siguen preguntando porqué la gente no quiere trabajar con ellos y prefiere matarse. Ignoran por completo la naturaleza humana, creen que somos máquinas que producen y reproducen conocimiento. Nuestras mentes cartesianas requieren un respiro, gritan nuestras almas (si tal concepto aún es válido). ¿Por qué diablos quiero irme de una roca de gentes aisladas a otra un poco más grande?.
 —Sin embargo esta es la cuarta vez este semestre en la que hago esta solicitud. Señor, calcule usted cuántas horas-hombre se han perdido por encontrarme varado aquí. Como informé en su momento, he concluido la etapa de investigación de campo. Esperé el vehículo que me llevara de vuelta, entre tanto avancé con el análisis preliminar de los resultados obtenidos. Tras la segunda negación del transporte, seguí trabajando. Ya he redactado buena parte de la tesis, necesito mis manuscritos para finiquitar este asunto y poder continuar mi labor académica en otro proyecto.
 —¿Insinúa usted que su estadía en la estación lunar internacional ha sido un despilfarro de presupuesto? De ser así usted quedaría inmediatamente despedido, por malgastar los bienes de la humanidad holgazaneando. Pero no es de preocuparse, podría conseguir algún empleo que le de comer en la colonia, ya sabe, labores de mantenimiento y limpieza, usted es afín con la tecnología, por el pan usted no se quedará de manos cruzadas.
    De nuevo ese silencio de más de seis segundos.
 —Sabemos muy bien que ese no es el caso.
 —Sabemos muy bien que no podemos enviar un viaje charter. Se lo diré por tercera ocasión, tenga paciencia. La nave de re-abastecimiento anual llegará en un par de meses, o eso es lo planeado. Ya sabe usted como estamos de presupuesto, igual la colonia está empezando a ser autosuficiente...
    Mierda, esto va para largo.
    Tomó un hondo respiro lleno de resignación y aire reciclado. Será una ocupación cambiar los filtros. Él recordó haber escuchado que alguien en la Colonia tenía libros. Libros de verdad, de esos con tinta impresa sobre fibras vegetales. Sonrió.

20130816

Sobre el espíritu indomable, temporalmente encadenado.

Perseguirte quizá sea una de esas causas perdidas, eso poco o nada importa. Hay empresas inútiles en los que el ser se empecina haciendo caso omiso de todos los signos evidentes de la ruta hacia el fracaso. Hay luchas perdidas desde antes de iniciadas, contra gigantes montañas de hielo que carcajean al ver nuestra llama. Existen dioses terrenales tangibles y etéreos que no pueden ser domesticados, que se escapan como el agua entre las manos, invisibles pero siempre presentes como el aire que respiramos.
   Tu error es subestimar tu espíritu, que quiere crecer, volar y ensancharse tanto o más que el propio universo. Y no entiendo cómo ni porqué lo atrapas en una botella, lo achicopalas y reduces para esconderlo en el último anaquel de tu pecho, quizá lo dejas en casa todos los días al cuidado de Eusebio, quizá lo cargas todos los días en tu bolso, al lado del portátil y los cuadernos con anotaciones laborales que, admítelo, aburren cualquier gana de la academia y prospecto de vida.
   Ya verás, tarde o temprano ese estuche de cristal no podrá contener más tanta presión, y de hecho no querrás contenerla. Las raíces de los árboles crecen, se abren paso entre la tierra, y de ser necesario rompen pavimento y fracturan viviendas con tal que todas y cada una de sus ramas y hojas se yergan a lo alto, hacia las estrellas. Hay fuerzas incontenibles que no puedes someter a la rutina, con las deudas, con las labores mínimas repetitivas ejecutivas.
   Ya verás que llegará el momento en que tu llama crezca, ese fuego interno que has tratado de extinguir consumirá con voracidad los calambres del alma, tu espíritu florecerá en una sinfonía de colores. Ya verás cómo retomas con ahínco las letras, ya verás lo que es sentir de nuevo más allá de la nada, la soledad y quizá algo de nostalgia. Ya verás cómo aire fresco ventila esos rincones llenos de polvo de tu alma. Entonces volverás a reír. De verdad.
   Aquella será una noticia pertinente, la esperaré.
  

20130812

Tres promesas

Puedes pedirme que dibuje paisajes con cielo verde, pastos azules, montañas flotantes y ríos de cera. Puedes pedirme que me escape al monte y coma mermelada de tierra. Puedes pedirme que recite poemas confusos en lenguas inexistentes, que vague desnudo sin nombre como alma en pena.

Puedes pedirme que le robe al mimo su silencio. Puedes pedirme que muela a golpes La Piedad, El David y la estatua de Atena, que arañe y desgarre la Mona Lisa y me coma los Zapatos Viejos. Que muerda las pirámides aztecas hasta hacerlas polvo, que queme los instrumentos de toda orquesta.

Puedes pedirme que robe los anillos de Saturno, el tridente de Neptuno, que rapte al tiempo a Io, Calixto, Ganímedes y Europa. Que coma vidrio, vista tinieblas, que haga que la lluvia caiga de la tierra hacia el cielo, retardar la primavera.

Puedes pedirme que venda mi alma por cantidades irrisorias de bienes fatuos, que regale mis creencias a cualquier religión monoteísta de moda. Puedes pedirme que peque en cualquier continente sin importar la condena. Puedes pedirme que cometa infamias que arranquen al mismísimo Borges de su tumba para que reescriba la Historia Universal.

Puedes pedirme que cave con las uñas un túnel que cruce cordilleras. Puedes pedirme que enmudezca para siempre, que escape de tu vista, que evada por siempre tu trayectoria so pena de destierro. Puedes pedirme que calle lo que siento, que ahogue mis principios, que te mienta. Puedes pedir que me abandone a la locura, que deje mi oficio para entregarme a la irracionalidad y negar mi propia naturaleza. No importa que todo aquello vaya en contra de mi voluntad, no importa que esto me obligue a alejarme de ti entre llanto seco enmudecido, rendido y derrotado, cumpliendo mi promesa.

Puedes pedirme todo salvo tres cosas, que no quede duda de ellas. Arrancarte de mi memoria, debajo de mi piel está tatuada tu esencia. Proferir hacia ti, mujer adorable, cualquier clase de odio. Y tal vez podrás hacerme jurar dejar de amarte, pero jamás dejará de latir por ti mi corazón para negar tu existencia.

20130811

TEST_0.01

Te quiero como las hojas al viento
solo con tu aliento sin ser pájaro puedo volar.
Te quiero como el desierto a a la lluvia
calmas la sed de mi alma, llenas mis venas de vida.


20130810

Contigo

contigo
(Del lat. cum, con, y tecum, contigo).
1. pron. person. Forma de la 2.ª persona, ti, precedida de la preposición con.

RAE

Sin ti puedo vivir. Alguna vez lo hice por más de dos décadas. Sin ti puedo crecer, soñar, construir. Sin ti el mundo no se acaba, la Tierra seguirá girando, los hombres irán a la guerra, los tiranos seguirán hinchando sus arcas. Puedo, pero no quiero.

Por que mi mundo puede llegar a tener completez en las fibras más profundas añadiéndole esa palabra. Por que la vida sin ti es como el conjunto de los racionales, aparentemente llena, continua, sin baches ni huecos, pero a nivel subatómico hay incontables espacios vacíos ínfimos, intersticios quizá despreciables uno a la vez, o cientos de millones, pero en total tu ausencia me deja incompleto.

Basta encontrar una mirada tuya de ternura para dibujarme una sonrisa, basta un abrazo, un beso, el sentir tu cuerpo cálido junto al mío, basta una palabra escrita que me deje saber quizá de soslayo que me quieres contigo.

Y pensar que quedarme inmóvil y callado te va a alejar de mí me desconcierta. Por eso iré en tu búsqueda, detrás de los cerros, hasta el lado oscuro de la Luna. Por que tan solo añadir esta palabra a los verbos infinitivos les da una fuerza inconmensurable.

Respirar , contigo.
Despertar, contigo.
Reír, contigo.
Soñar, contigo.
Crecer, contigo.
Construir, contigo.
Envejecer, contigo.
Querer, contigo.
Vivir, contigo.
Amar, contigo.

Filipo Rviz y el Taller del Cuento Ciudad de Bogotá 2008

Sobre esta página

Filipo Rviz / Felipe Gómez abre este espacio en abril de 2008 cuando hizo parte del Taller de Cuento Ciudad de Bogotá 2008.
Dirigido por Carlos Castillo Quntero
http://www.tcuentobogota.blogspot.com

Desde entonces esta Bolsa de Ideas reune los relatos preliminares.


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