20081017

Metaficción

Otra Versión de Judas

Ha transcurrido poco mas de un siglo desde que Runeberg publicó Kristus Och Judas, causando gran controversia no solo en la iglesia católica si no en las iglesias cristianas que siguen la tradición de los evangelios. ¿Cómo puede costar tanto admitir la existencia de otras posibilidades?
¿Por qué no puede ser Judas Iscariote el único que comprendió cabalmente el mensaje de Jesús? ¿Por qué Judas no pudo obligar a Jesús a revelar su divinidad? ¿Por qué Dios no pudo encarnarse como Judas?
Estas preguntas y ciertos detalles junto con desasosiego inherente llevan a pensar que algo está mal, a lo mejor resulta incómodo ver este calidoscopio.
Tanto Runeberg como Robertson hacen mencionan que “un hombre que diariamente predicaba en la sinagoga y hacía milagros frente a miles no requiere la traición de un apóstol”. Episodios de la Biblia donde el pueblo exige pruebas de la divinidad de Jesús en el momento de su crucifixión. “Tú que destruyes el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y baja de la cruz” (Mateo 27.40, Marcos 15.29).
Estos aspectos conducen a una nueva formulación, implican ir hacia atrás, hacia la cuna del inconformismo. “El hombre prefiere creer en la nada a no creer en nada” dice Nietzsche finalizando Zur Genealogie der Moral. Si se elimina a Dios de la ecuación, todas las inconsistencias quedarían solventadas, atribuidas al factor humano, un error de comunicación.
Una interpretación más clara se ofrece partiendo de un pergamino encontrado en la antigua Babilonia, en los tiempos de la cautividad de Israel. El narrador al parecer se encuentra en una indagatoria ante un tribunal. Menciona la exitosa prueba de la fe del pueblo israelita dándole un Mesías, que posteriormente es calificado como un falso profeta.
Si Dios no existe, entonces fue creado por el hombre para dominar al hombre más débil. Puede existir una secta milenaria que gobierne todas las naciones con gran sutileza.
Siguiendo este orden de ideas, los milagros de Jesús son una gran puesta en escena (que incluiría leprosos, ciegos, tullidos, incluso resurrecciones), que cuenta con un sinnúmero de actores. ¿Quién podría escribir con más verosimilitud que aquel que tiene fe? Allí es donde los apóstoles empiezan a jugar su papel. Son espectadores inocentes en primera fila, pero para revelar la divinidad de Jesús es necesario que uno de los más cercanos lo entregue.
Judas y Jesús eran sectarios, se conocían mucho antes que empezara a predicar en Galilea. Desde jóvenes fueron instruidos para ejecutar el engaño, la elección de quién sería el Maestro y quien el Traidor fue algo dejado al azar.
Judas Iscariote decidió suicidarse al no soportar haber entregado a su hermano a una dolorosa muerte.

Manuscrito

Manuscrito

Saludos Doctor Newmann
Las labores de búsqueda de los jardines colgantes no ha sido del todo infructuosa. La estructura en sí fue construida con tecnología primitiva, Hemos encontrado ladrillos de bareque cubiertos con una delgada capa esmaltada. Las pruebas muestran alta fragilidad, si hay una pequeña fisura en la superficie se propaga rápidamente bajo la presión d la estructura que sostiene, permitiendo el paso del agua que diluye los ladrillos.
Por esto no hay mayor evidencia del palacio real, la lluvia y el viento a lo largo de los siglos se lo ha llevado todo.
Por otra parte hemos encontrado fragmentos de un manuscrito. Un colega experto me ha ayudado a traducirlo. La transcripción viene adjunta a este mensaje.
La búsqueda continuará en esta zona unos cuantos meses más. Algunos sugieren seguir rió arriba el Eufrates. Esperamos contar con usted para cuando llegue el momento de tomar la decisión.
Cordial Saludo
P. Hewitt

Bien pudiendo Egipto o Babilonia destruir esta nación, doy gracias al supremo tribunal por dar una nueva oportunidad al pueblo de Israel.
Mis discípulos y yo hemos demostrado que incluso las clases más altas en Israel esperan con fervor la llegada del Mesías. Nosotros les dimos su redentor, ahora explicaré por qué el resultado no fue del todo satisfactorio.
Es evidente que aquellos que mejor se identifican con la ascética son los pobres y los ignorantes, más aún cuando se implanta un sistema monoteísta. Al llevar cautivas las clases mas privilegiadas de Israel a Babilonia encontramos un gran desafío. Su mente no es tan dúctil como la de los píos.
Mis discípulos y yo organizamos una prueba, que ha tardado menos de un año. Creamos una secta donde el maestro es el mismo Hijo de Dios. En menos de seis meses logramos por lo menos veinte fieles que podrían llamarse discípulos, y cerca de un centenar de seguidores menos comprometidos.
A un año de empezar era preciso sacrificar al Maestro, pues la prueba saldría de control. Uno de los nuestros ejerció la labor de traidor. El Maestro fue entregado ante las autoridades babilónicas, quienes en secreto lo juzgaron y ejecutaron. Muchos sectarios perdieron su fe en pocos meses al no tener mas noticia del Mesías. En cuanto al traidor, fue muerto a pedradas por sus propios condiscípulos. Para ser coherentes con las escrituras hemos hecho correr el rumor de que este era un falso profeta y su maestro un falso Mesías.
Lo más notable de esta prueba es que, pese al buen trato ofrecido por el rey Nabucodonosor, el pueblo de Israel se siente oprimido, buscan un redentor.
Sugiero seguir trabajando con esta nación, es prometedora, y maleable. Ha mostrado las ventajas del Monoteísmo.

Ciencia Ficción

Arca 2.0

La tenue luz eléctrica marcaba el comienzo de otro día, aún se mantenía la sincronización, era algo espectacular, los días de verano eran más largos que los días de invierno.
La cafetera se había quedado sin suministros, pensó en pasar por la tarde por la biosfera B-3, de paso revisaría un aspersor bloqueado.
Hoy habrá otra junta, será algo rutinario, control de mutaciones en las especies más vulnerables, limpieza de la energía del reactor, evaluarán la producción de alimento, que otra vez superará la meta, todo como de costumbre
Para el Dr. N. los circuitos que controlaban el reactor nuclear y distribución de recursos del bioma estaban mal diseñados. En una década había quemado por lo menos cinco procesadores. Le parecía muy estúpido el modo de pensar de los demás habitantes del domo.
— ¿Tiene idea de la magnitud del problema?
— Oh si, un procesador, no hay mas que cambiarlo.
— Bien, ¿dónde conseguimos un procesador? ¿Conoce usted una tienda de electrónica abierta a 300.000 Km. a la redonda? ¿Por qué no mejor sale a la superficie a ver si ya abrieron una?
— Exagera usted, pues se toma el procesador de alguna computadora personal.
—Ya hemos hecho eso, en cinco ocasiones, dígame, ¿sabe cuantos computadores personales quedan en esta biosfera? ¿Qué carajos haremos no quede un maldito chip sin quemarse?
N. sabía que exageraba la situación, el sabía que aún quedaba el sistema manual. Sería algo engorroso, pues de tener que recurrir a este método, que requería que dos personas estuvieran monitoreando en cada momento del día.
Activaron el modo manual, desnudaron el núcleo de la computadora principal, cambiaron el chip y reiniciaron el sistema. La computadora retomó el control sin novedades. Buscaron los planos de los circuitos. El Dr. N. sabía que tendría diversión para rato rediseñando la cosa, de tal modo que no sobrecargara el procesador. Distracción por al menos dos meses.
El Dr. N. pensaba en las doscientas personas que tenía a su cargo. La mitad eran unos idiotas, fallaron al escogerlos. ¿Quién en su sano juicio elegiría para continuar con la humanidad a la mitad como caras bonitas?
Esto no era más que otro ataque de rabia contra los operarios. ¿Por qué no quería comprender que los recursos eran limitados? ¿Por qué habían roto el último contador Geiger-Müller? El Dr. N les había explicado una y otra vez como funcionaba el detector de partículas, esto para hacerles entender que tal aparato tenía una delicada membrana de cristal de cuarzo. ¿Cómo diablos sabrán entonces cuando el nivel de radioactividad en la superficie sea tolerable?
Tomó el transporte hacia la unidad B-3. Quería café natural, los sustitutos artificiales de la cafeína no tenían el mismo sabor. “Bien, habrá que esperar hasta tostarlo y molerlo” pensó. En el fondo le agradaba la idea, era interesante realizar una actividad sin mayores riesgos. El futuro de la humanidad no dependía de tostar granos de café.
“Enviaré una rata, un ave, o uno de esos idiotas cada mes a la superficie, resuelto el problema, ya podremos medir de nuevo la radiación en la superficie.” El túnel era extenso, tuvo tiempo para pensar en las otras cinco Arcas.
La ONU tenía previsto construir nueve en total. Una en cada continente, una en cada polo y dos en la luna, pero finalmente construyeron cuatro. A lo mejor ellos tenían planeada la masacre con armas químicas y el invierno nuclear.
¿Habrán sobrevivido las otras? Esta en particular era una versión mejorada construida optimizando los planos con las que se habían construido las otras tres. ¿Por qué a nadie se le ocurrió conectar al menos por telégrafo las Arcas? ¿Habrán sobrevivido?
¿Y si la especie humana dependiera netamente de la gente a su cargo? Al menos la mitad del personal estaba calificado para crear una nueva humanidad. Tenían el código genético completo de la ciencia y tecnología en formato digital, desde la rueda y la escritura hasta la fusión nuclear que los tenía donde están ahora.
Bajó del transporte. “¿Y si los idiotas nos hacen volver a otra edad de piedra? ¿Serían capaces de borrar toda huella remanente de civilización?” No se preocuparía más por asuntos de largo plazo.
Caminó entre senderos de piedra hasta la plantación, sintiendo en su cara el fino rocío cerró los ojos y se abandonó al aroma del café.

Inmortales

Inmortales

No sé cuantos siglos he pasado aquí, sentado en esta banca forrada. El tiempo es algo que ya no tiene sentido, todo pasa y nada pasa. El clima es perfecto, cálido. Lejos de ser algo insoportable que obliga a sudar, lejos del frío que hela los huesos.
Avanzamos, a media velocidad, hay bastante tráfico, pero no hay trancón. En la calzada del medio pasan los autos particulares rápidamente. ¿Por qué van tan rápido, ¿por qué tienen tanta prisa?, creo que no saben que estamos condenados a vagar eternamente por las calles.
Aquí dentro no escucho más que el ruido del motor y dos personas conversando en la silla de atrás. Recuerdo haber alguna vez escuchado música, de un viejo radio, tal vez fue un sueño, tal vez en otro autobús. Una señora habla enérgicamente por su teléfono, cuando ya nos hayamos acostumbrado a escucharla colgara, entonces viajamos y viajamos, cuando se haya borrado su voz de nuestra memoria, incluso de la de ella misma, volverla a llamar. Ella no sabe que eso sucederla, no sabe que eso ha sucedido ya, no conoce este plan. Hemos de recorrer tantas calles como sea necesario para que ella olvide que ya ha llamado antes, es importante que también lo haya olvidado aquel que contesta su llamada.
Escucho también dos locos arañando un par de guitarras destartaladas. No saben que jamás lo lograrán. Están rotos sus instrumentos, son viejos, al parecer tienen cuerdas nuevas, que siempre se desafinan, el tanto aflojarlas y apretarlas va a reventarlas. Sacarán de su mochila otra cuerda nueva, quien sabe de donde en esa mochila infinita, no importa, todos, ellos mismos, habremos olvidado que ya algunas vez habían cambiado las cuerdas, viajando en este autobús.
Estoy sentado en una silla que da al corredor, en la mitad del bus. A mi izquierda está sentada leyendo una desconocida de cabello rojo, tiene un fulgor único, los tibios rayos del sol crean un aura mágica. Creo que en una vida anterior ella y yo nos conocimos. Quizá ya lo olvidamos, carajo, me es familiar, me provoca besarla, es tan hermosa, simplemente es agradable quedarme aquí sentado junto a ella. Seguro eventualmente ella guardará el libro en la maleta, bien sea por que se canse o por que lo acabe de leer. Siglos después el libro estará en mi mochila. Entonces yo empezaré la lectura. Será leído y releído. Entonces ella tendrá la misma curiosidad y querrá leer, callará como yo ahora, pensará lo mismo que yo y descubrirá la trama divina.
El sol está clavado en el cielo azul, una que otra pequeña nube se deja ver. A lo mejor alguna vez fue de noche. Una noche sempiterna, una noche afuera y nosotros aquí, en el mismo autobús.
Vamos por esta ciudad infinita, ahora tan verde, tan radiante. Cada instante recorremos calles que difieren infinitesimalmente de la anterior, una compleja sinfonía que se repite con ligeras variaciones de un compás a otro. Llegamos a un puente, el cruce de dos avenidas. ¿Rompe esto la simetría? No, esto no varía gran cosa, tomamos la nueva avenida, idéntica a la anterior, tan amplia, tan llena de verde con los árboles, con el mismo tráfico, idéntica excepto por la tabla que dice la ruta del bus, el conductor le ha dado la vuelta. ¿Qué decía antes? No me fijé, ya no importa, lo olvidaré.
Siendo razonables la ciudad no es infinita, pero si es lo suficientemente grande como para que un viajero olvide hacia donde va a mitad de camino.
Se detiene en un semáforo, alguien sube. ¡Wow!, un rostro nuevo que estudio hasta hartarme, es algo inútil por que lo olvidaré, pero me distrae de la monotonía. Pasa y se sienta atrás, fuera de mi campo óptico, resta ahora ver por la ventana. Quizá cuando yo subí alguien me escudriñó como yo lo he hecho, entonces tal imagen ya la ha sido desterrada de mi memoria, pero ¿subí?
No importa, estoy cómodo a pesar de estas sillas dura y poco económica, el aire es fresco y cálido esta mañana, miro el cielo azul y soy feliz, no me preocupa nada, quién fui, quien soy ni a donde voy. ¿Qué mas se le pide a la vida?
¿Estoy en el cielo? Siendo así estoy dispuesto a pasar la eternidad aquí…
Ella cierra el libro y lo guarda en la mochila.
—Llegamos.

Filipo Rviz y el Taller del Cuento Ciudad de Bogotá 2008

Sobre esta página

Filipo Rviz / Felipe Gómez abre este espacio en abril de 2008 cuando hizo parte del Taller de Cuento Ciudad de Bogotá 2008.
Dirigido por Carlos Castillo Quntero
http://www.tcuentobogota.blogspot.com

Desde entonces esta Bolsa de Ideas reune los relatos preliminares.


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