Rodríguez es un pueblo putamente frio y aburrido, aun así es parte de mí.
Qué les puedo decir, no tiene manicomio como Sibaté, pero tiene un hospital de tercer nivel. La única forma de comunicarse con el exterior es a través de los teléfonos de Telecom en el parque, o la oficina principal que queda subiendo por la calle séptima, antes de la plaza de mercado.
El agua apesta. Hay una pequeña represa donde convergen las aguas residuales de las curtiembres cuesta arriba. De vez en cuando se encuentran cadáveres flotando, espontáneamente se encuentra un suicida, el resto de los casos los atribuye la policía a asuntos de mafia. Aún así después de jugar fútbol bebíamos el agua de la llave.
De vez en cuando el presupuesto anual se agotaba antes de lo previsto. En diciembre las calles eran saturadas por bolsas de basura, perros e indigentes se daban su festín.
He vivido allí un par de veces. La primera cuando tenía dos o tres años, poco recuerdo. La segunda a los doce años, hasta los quince. ¿Cómo he notado el cambio en el pueblo? Voy seguido, mis abuelos viven allá.
Tiene un ambiente inconfundible, aunque puedo hacer un símil con barrios de la capital. Alguien podría llegar a pensar que sectores como el Zambrano se pueden confundir con Modelia, quizá, pero la única y gran diferencia es la extensión (tres por tres cuadras versus 20 x 20). Hay partes, como Las Quintas, que supongo deben ser iguales aquí, en medallo y en la china, es la misma cosa que el barrio La igualdad o Engativá. De resto, el pueblo es como el Restrepo.
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